A 16 mil Km de Colombia



Para ser exacto estoy a 16 mil 237 kilómetros de distancia de Colombia, no fue fácil tomar la decisión de viajar a Australia, pero fueron los sueños y las metas quienes me condujeron hasta el otro lado del mundo. No ha sido fácil, pero tampoco ha sido imposible.

Aunque ya había vivido por fuera del país en una ocasión, Australia es otro cuento, hay algunas cosas que me hacen sentir que en realidad estoy muy, pero muy lejos de casa, por ejemplo, el horario, son 15 horas de diferencia, el único chance que tengo para hablar con mi familia es en la mañana o en la noche, mientras acá sale el sol, allá sale la luna, o viceversa.  


¿Mi mayor temor? El inglés. Para serles sincero cuando llegué a Sydney no lo hablaba muy bien, y ese era mi reto más grande, adaptarme a una lengua extranjera y saber sortear las dificultades que eso traía, sin embargo, cuando hay constancia y ganas, el resto viene por añadidura, ahora siento que he mejorado, que no se ha perdido el tiempo y que los sacrificios que se hacen tienen recompensa.

Los miedos se vencen afrontándolos, los retos se ganan jugándolos; y eso es la vida, un vaivén que siempre nos enseña ya sea equivocándonos, o en el mejor de los casos, acertando, aunque equivocarnos es acertar también de otra manera.

Algunos amigos y conocidos me han manifestado su deseo de salir del país y emprender una aventura similar a la que yo estoy viviendo, ¿mi consejo? Háganlo, si la oportunidad les llega, no la dejen pasar, eso sí, llévense en la maleta una provisión de amor de hogar, de risas de amigos, abrazos del novio(a), un atardecer colombiano, y ¿por qué no?, un chocorramo, porque, aunque los vendan en el exterior, son carísimos.

Estoy muy seguro que lo más bonito de este viaje será el regreso a Colombia, porque los reencuentros nos llenan de esperanza, de felicidad y de amor.   









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