La visita que hago desde pequeño cada 3 años
Primeras visitas al Agua de la Virgen Uno de los recuerdos más viejos que tengo en mi memoria es cuando iba a Ocaña y visitaba el Agua de la Virgen, la neblina acompañaba cada escalón que subía para llegar al santuario, el frío penetraba casi que los huesos, y ese olor a tamales alborotaba el hambre que solo se podía calmar hasta cuando bajábamos nuevamente del lugar en el que apareció la morenita ocañera. La Virgen de Torcoroma me ha visto crecer, y a mi hermana también, porque mis padres desde que nosotros nacimos le prometieron que cada 3 años nos presentarían ante ella, a cambio que hubiera salud y bienestar. Pero no somos los únicos, cientos de católicos dejados llevar por la fe llegan hasta los pies de esta advocación para pedirle favores a la madre de Dios, no en vano hay en el santuario cientos de placas de agradecimiento por favores recibidos. Capilla del Agua de la Virgen Cuando se visita el santuario de la Virgen de Torcoroma el único sonido que se esc